La Escola de Festes de Xixona dobla el número de alumnos y garantiza la continuidad de la tradición festera

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Updated: agosto 22, 2015

La Federació de Sant Bartomeu i Sant Sebastià ha desarrollado una nueva edición de la Escola de Festes, una iniciativa pionera en la que este año han participado cerca de medio centenar de niños –el doble que el curso pasado- y con la que se pretende que los más pequeños conozcan la historia de las fiestas de moros y cristianos de Xixona. Los jóvenes alumnos aprenden, además, el significado de cada uno de los actos, aspectos concretos como la música tradicional, la organización interna de las filaes o la forma correcta de desfilar.

 

Además, durante los próximos días, los aprendices de festeros tendrán la oportunidad de poner en práctica todo lo estudiado en la Escola de Festes. Por ejemplo en la “Desfilada dels xiquets”, que se celebrará mañana viernes, a las 20:00 horas, y en la que todos los niños marcharán delante de la banda de música de cada filá. Es el momento también en el que los más atrevidos actúan como cabos de escuadra, una de las materias que aprenden en la Escola, optando así a ganar el premio al mejor cabo de escuadra infantil de cada bando.

 

Los cursos de la Escola de Festes se componen de clases teóricas, que imparten los profesores Luis Cortés “Carrasco”, Sabina Alcaraz, Jaume Miquel y Bernardo Garrigós, y de sesiones prácticas que incluyen visitas tanto a las diferentes sedes festeras de las filaes como a otros lugares emblemáticos como la Mitja Lluna, un peculiar museo de la fiesta promovido por uno de los festeros más veteranos de Xixona, Juan Escoda “Calderilla”.

 

La profesora Sabina Alcaraz hace un balance muy positivo y asegura que “los niños demuestran un interés cada vez mayor por las fiestas de su pueblo. No se conforman con participar sino que quieren entenderlas y ser unos buenos festeros. De esta manera el relevo está garantizado”.

 

Asimismo, durante esta edición, los niños han tenido la oportunidad de practicar las tradicionales embajadas de fiestas, a los pies de la Torre Grossa del castillo, dirigidos por Alfonso Zaragoza, uno de los embajadores emblemáticos del municipio.