Campaña de desparasitación y esterilización de gatos callejeros en Xixona

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Updated: agosto 3, 2017

El Ayuntamiento de Xixona ha impulsado por tercer año consecutivo la campaña de esterilización y control de reproducción de gatos callejeros, con la que se pretende desparasitar y esterilizar a cerca de 90 felinos que quedan sin tratar en las calles de la localidad. El centro veterinario local ha censado diez colonias de gatos repartidas por diferentes zonas del casco urbano como el barrio Almarx, el campo de fútbol, el parque del Barranc de la Font, la urbanización Vistabella o el polígono de Segorb, entre otras. La importancia de la campaña reside en la necesidad de mejorar las condiciones sanitarias de los animales, así como de controlar la población de estos y evitar así una proliferación descontrolada que pueda provocar molestias entre los vecinos.

La captura de los felinos se realiza de acuerdo a las directrices del programa de captura, esterilización y suelta (CES) recomendado por el Colegio Oficial de Veterinarios de Alicante, que contempla la utilización de jaulas trampa para que los animales no sufran ningún daño durante la captura y posterior traslado al centro veterinario, situado en la calle Alacant, en el que se realizará la desparasitación, vacunación y esterilización de los animales. Para ello, el Ayuntamiento ha solicitado la colaboración tanto de la asociación protectora de animales de Xixona 7i7, como de cualquier persona voluntaria que quiera colaborar en la captura y traslado de los felinos.

La iniciativa partió en 2015 de la concejalía de Sanidad, que sufragó por completo los gastos. El pasado año estos fueron compartidos con la Diputación de Alicante a través de una subvención, que también ha sido concedida en esta ocasión. Además, el concejal de Sanidad, Cristian Sirvent, ha anunciado que en breve el Ayuntamiento construirá bebederos y comederos para gatos en diversos puntos del municipio, alejados de las viviendas, para alimentar con pienso y agua a los animales en los períodos que resulte necesario. De esta manera se busca que disminuyan las quejas vecinales por los fuertes olores que provocan los restos de comida y excrementos, así como por la continua aparición de plagas de roedores e insectos en las mismas zonas. Sirvent insiste en que “la solución a este problema pasa por concienciar a la ciudadanía de que, por salubridad y civismo, está prohibido hacerlo, y puede suponer sanciones y multas de hasta 60 euros”.