Bienestar Social con las enfermedades autoinmunes y neuroinmunes en un acto de ‘Fibroprotesta Ya’ impregnado de emotividad
Emoción, mucha emoción, sentimientos y esperanza, podrían acercarse a definir lo vivido ayer tarde, en el Centro Social “El Barranquet”, durante el acto social y cultural organizado por la asociación “Fibroprotesta Ya”, con la colaboración de la Concejalía de Bienestar Social, dirigida por la edil Mercé Pairó (Cs), para visibilizar el padecimiento de millones de personas que sufren algunas de esas enfermedades injustamente llamadas “no visibles”, porque el sufrimiento se percibe, se lee y se siente en el rostros de todas y cada una de ellas.
Y es que, después de muchos meses de trabajo conjunto entre la asociación y la concejalía, El Campello, por primera vez en su historia, ponía cara al sufrimiento de tantas y tantas personas, en su mayoría mujeres, que arrastran las secuelas de la indiferencia, en muchas ocasiones inducidas por la ignorancia, pero que están ahí, cada día, luchando por ser escuchadas y vivir una vida digna.
Por este motivo, Julio Oca (Cs), primer teniente de alcalde y máxima representación del Ayuntamiento de El Campello en este acto conmemorativo, así como la mencionada edil de Bienestar Social, Mercé Pairó (Cs), y los portavoces de los grupos políticos municipales EUPV, Pedro Mario Pardo y de Podem, Eric Quiles, no dudaron en asistir y manifestar su apoyo a Harmonie Botella, presidenta de la asociación, así como a sus miembros y familiares que día a día viven con la inanición de la indiferencia y el desamparo.
Sentencias tan reales y duras como “el día que no sienta dolor pensaré que estoy muerta”, 30 años después del reconocimiento de la fibromialgia como enfermedad por parte de la OMS, aunque se sabe de su existencia desde hace más de 150 años; que la “sensibilidad química múltiple, no es más que una alergia” y la “ignorancia sobre la electrohipersensibilidad”, siendo estas dos últimas patologías crónicas e invalidantes, no recogidas por el organismo internacional, colman de desesperanza a las personas enfermas, a las que, en no pocas ocasiones, se derivan a psiquiatría.
Para algunas de ellas, la “luz se apagó”, y en esa oscuridad, Julio Oca (Cs), primer teniente de alcalde, quiso trasmitir un rayo de esperanza. “El dolor más agudo que sienten no es la fatiga incesable, incapacitante; no son las noches en vela, no es el de una rigidez limitadora, ni el de los dolores de cabeza, ni los ocasionados por trastornos digestivos; ni el de la ansiedad o la depresión. Se llama desamparo e incomprensión, con mayúsculas, y es ahí donde debemos actuar las Administraciones con resolución y firmeza”.