Ander Torriko logró que el tiempo se detuviese y, con un disparo imparable, mantuvo al EÓN más cerca del olimpo (30-29)

By
Updated: agosto 4, 2025

EÓN. Dios del tiempo eterno. Tiempo que quieres que transcurra con normalidad pero, paradojas de la vida, cuando tu vida depende del tiempo, este parece que se para y los segundos se hacen eternos. Pero hoy, este dios ha subido hasta colocarse muy cerca del olímpico con llevado en volandas por unos creyentes que jamás le perdieron la fe y con una puerta al paraíso que se abrió en el momento perfecto.

Pero este dios del tiempo se medía con otro titán: ID Energy Caserío de Ciudad Real. Una pelea de poderosos por ver quién dominaba en la División de Honor Plata y que desde el inicio se vio que iba a ser una partida de ajedrez con una igualdad máxima llevaba hasta el final.

Que Ander puso el 2-0, Caserío puso las tablas. Pasaban los minutos y la partida seguía sin un dueño claro. Los de Urdiales le dieron la vuelta al marcador. Aunque por poco tiempo porque el EÓN consiguieron poner tierra de por medio.

Sin dueño

Veía el EÓN dos exclusiones seguidas de Diego Vera y Gabi Navarro que aprovechó el rival para encontrar el hueco en la defensa y recortar a uno. Pero los de Latorre seguían a la suya para mantenerse arriba en el marcador.  Sin embargo, con el paso de los minutos, Caserío logró poner el empate a falta de 1 minuto para el descanso y mandar el encuentro con un ajustado 15-15 en el marcador.

Tras el paso por vestuarios, continuaba la misma tónica. Sin un dominador claro en un partido cuyo juego iba subiendo de decibelios al mismo tiempo que estos subían también en la grada. Un Pitiu que era el oxígeno necesario para que los de Latorre mantuvieran un ritmo alto del partido, en especial con una defensa sólida.  

Defensa liderada por un gran Lorenzo bajo palos que mantenía el resultado y le daba alas al equipo para que James y Torriko fueran imparables para el rival.

Mismo guion

Aunque eran los de Latorre los que llevaban la voz cantante, algunos pequeños errores en el juego y, sobre todo, los siete metros, le daban vida a un Caserío que justo cuando se llegó al 55 de partido repitió el guion de la primera parte para poner el empate.

Igualdad máxima que se mantenía a falta de 20 segundos y con el ataque a favor del EÓN. Y aquí, el final del cuento más perfecto que se pudo contar. Un final que cierra un círculo y un Ander Torriko que se vistió de dios esta noche, logró que el tiempo se detuviese y con un disparo imparable, mantuvo al EÓN más cerca del olimpo (30-29).