Sillas de forja experimental de Alejandro Cremades para Terele Pávez y Fernando Guillén Cuervo en el paseo de las Estrellas de Alicante y Fernando Guillén Cuervo en el paseo de las Estrellas de Alicante

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Updated: marzo 27, 2015

Dos de las cinco primeras sillas para «La Luz de las Estrellas» , el paseo del cine español que se inauguró el martes 24 de marzo en pleno Puerto de Alicante, las dedicadas a Terele Pávez y Fernando Guillén Cuervo han sido realizadas en la forja «Hierro y Fuego» de Alejandro Cremades, en Onil. Este proyecto surgió del Festival de Cine de Alicante en unión con el Ayuntamiento de la ciudad que convocaron un concurso de ideas ganado por Isaac Peral Codina y Luis Carreira Antón, con una propuesta que homenajea a los artistas a través de unas sillas que fusionan la tradicional silla de rodaje con las populares sillas plegables de madera de la Explanada de Alicante.

El trabajo de forja de Alejandro Cremades ha sido diferente en cada ocasión y un reto técnico, mostrando su capacidad de integrar diferentes aspectos, desde lo tradicional a lo experimental, fusionando conceptos, técnicas y estilos junto a novedades tecnológicas, incorporando asimismo, su propia sensibilidad de artista, ya que Cremades tiene una interesante trayectoria personal como escultor, lo que ha añadido a ambas piezas aún más valor.

La silla dedicada a Fernando Guillén Cuervo ha sido proyectada por el artista Eduardo Lastres, el desafío para Cremades fue traspasar el diseño original del artista realizado en madera, con varios espesores de ésta, al hierro. Para lograr una pieza final lo más cercana al modelo inicial, se trabajó tanto con forja tradicional, como con tecnología punta de láser, y mucha fragua para elevar temperatura, hasta 2000 grados centígrados, para conseguir las texturas y acabados necesarios…

La silla dedicada a Terele Pávez tuvo una realización más compleja. El diseño artístico es de Pepe Calvo y la silla se compone de dos materiales, hierro y aluminio, que ha necesitado expertos en ambos campos. Por la parte del hierro, Alejandro Cremades, y por la parte del aluminio fueron Paco Montserrat y Toni Ortiz de la Fundición Montserrat. En este caso lo más complicado era equilibrar la silla realizada en dos elementos tan diferentes en cuanto a dureza, peso, etc. y lograr el máximo de resistencia para su exposición al uso público y, por supuesto, conseguir además una limpieza estética y técnica en la ejecución en el ensamblaje de las dos partes. Por todo esto no se soldó, evitando así antiestéticos pegotes, pero fue necesario trabajar la forja tradicional, el láser y la fundición de aluminio con sumo mimo, y como en el caso anterior, investigando creativamente.

Hoy, una vez colocadas ya las sillas en el Paseo del Puerto y probadas por artistas, personalidades y público en general, Cremades se muestra satisfecho de su trabajo, en el que está creando un nuevo tipo de forja experimental,  y se concentra en su forja de Onil en preparación de nuevos proyectos.