3 de cada 4 empresas españolas ven inviable la jornada laboral de 4 días mientras que solo el 12% la ve factible manteniendo los salarios actuales

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Updated: abril 30, 2021
  • Así se desprende del Estudio sobre Flexibilidad y Competitividad Empresarial que han dado hoy a conocer el Adecco Group Institute y el Instituto Cuatrecasas de Estrategia Legal en RRHH, para el que se ha encuestado a medio millar de compañías españolas.   
  • Para el 74% de las empresas consultadas es imposible implementar en el corto plazo la jornada laboral de 4 días, aunque un 14% sí lo ve factible siempre que el salario sea proporcional al tiempo trabajado y el restante 12% cree que se podría lograr incluso manteniendo el nivel salarial actual.
  • No tener margen de productividad para amortizar una jornada a la semana (52%), no disponer de margen de beneficio para mantener el nivel salarial con menor jornada (42%) y no poder cubrir la quinta jornada con otros trabajadores a tiempo parcial (38%) son las principales razones que las compañías señalan como motivo por el que no ven viable la jornada de 4 días.  
  • Dentro de las medidas de flexibilidad interna que las empresas tienen a su disposición, los horarios flexibles y el teletrabajo son las mejor valoradas, con puntuaciones de 7,9 y 7,3, respectivamente, en una escala del 1 al 10. En cambio, los ERTEs -una de las medidas de flexibilidad interna más usadas durante 2020 – se califican con una media de 4,6 puntos.   
  • Un 52% de las empresas tiene un sistema de horario flexible para su plantilla, un 23% tiene un horario con márgenes para entrada y salida; el 18% no tiene ninguna modalidad instaurada y sólo el 6% tiene libertad absoluta de horarios de entrada y salida para sus trabajadores.
  • Más de la mitad de las empresas consultadas (54%) no tiene aún implantadas metodologías ágiles en su organización; un 27% sí tiene un equipo dedicado a las mismas; un 19% las ha implantado ya dando cobertura a todas las áreas de la organización, y un 16% ya las ha implantado al menos en las áreas de Tecnología e Informática.
  • Lo que más preocupa a las empresas en relación con el teletrabajo es cómo conciliar la flexibilidad con la desconexión digital o el registro horario (8 sobre 10 puntos), cómo compatibilizar el seguimiento sobre la productividad de las personas trabajadoras con el respeto a su intimidad (7,9 puntos) y que no conlleve necesariamente el incremento de costes para la empresa (7,8 puntos).

Madrid, 30 de abril de 2021.– Uno de los aprendizajes de la pandemia y los confinamientos es que muchos de los sistemas de adaptación impuestos, así como la experiencia del teletrabajo, han demostrado que los objetivos de flexibilidad están más cerca de lo que pensamos y han resaltado la importancia de su implantación. En efecto, la Covid-19 ha demostrado que las funciones y sectores que antes se consideraban inadecuados para el trabajo flexible se pueden adaptar.

Es por eso que el Adecco Group Institute, el centro de estudios y divulgación del Grupo Adecco, y el Instituto Cuatrecasas de Estrategia Legal en RRHH han llevado a cabo el primer Estudio sobre Flexibilidad y Competitividad Empresarial, con el objetivo de conocer cómo la empresa española está usando la flexibilidad en esta crisis y qué aspectos considera como retos de futuro. Dentro de este estudio, se ha realizado una encuesta entre medio millar de compañías representativas del tejido empresarial español.

En palabras de Javier Blasco, director del Adecco Group Institute: “en 2020 hemos aprendido que aquellos países que salieron reforzados de la crisis de 2009 nuevamente nos han marcado la senda de cómo gestionar la transición en clave de flexibilidad y seguridad para personas y organizaciones. En este sentido, el modelo danés de <flexiseguridad> ha sido copiado por otros países de la Unión Europea para crear modelos más resilientes, adaptativos y eficaces para el empleo y la recuperación económica: la colaboración público-privada para crear un mercado de trabajo más eficiente e inclusivo, un modelo de cobertura social para los colectivos en situación de vulnerabilidad, y un marco regulador flexible que favorezca el emprendimiento, la inversión y la creación de empleo”.

“El empleo es cada vez más diverso y, en consecuencia, las políticas deberían adaptarse mejor a este escenario. Además, los avances hacia una mayor flexibilidad nos están demostrando que el compromiso de las personas trabajadoras ha aumentado, disipando el mito de que la flexibilidad socava los resultados. Los empleados, en su mayor parte, han aceptado trabajar de manera flexible, y en la experiencia del teletrabajo, las personas identifican una mayor agilidad del trabajo en equipo, la supresión de tiempos y esfuerzos de desplazamiento, y una mejor capacidad para concentrarse en tareas de mayor concentración y contenido intelectual, como principales razones para mejorar la productividad”, señala Blasco.

Por su parte, Guillermo Tena, director del Instituto Cuatrecasas de Estrategia Legal en RRHH, afirma que: “la pandemia de la Covid nos ha hecho ver que el grado de digitalización de las empresas ha sido determinante para poder reaccionar y adaptarse a un cambio tan brutal como súbito para los negocios. En ese proceso, se ha hecho evidente la ecuación entre más tecnología, más flexibilidad y mejor capacidad de respuesta a la adversidad extrema. En otras palabras, es la flexibilidad, especialmente la flexibilidad facilitada por la tecnología, la que nos ha permitido responder ante la pandemia”.

“La nueva ecuación se formulará en estos términos: cuanta mayor flexibilidad muestre una persona, más capacidad de adaptarse al cambio y, en consecuencia, más seguridad de cara al futuro tendrá”, observa Tena.

Por último, Bettina Schaller, presidenta de la World Employment Confederation, pone el foco en la necesidad de cambio y adaptación y señala que “ya sea desde la perspectiva del trabajador, de una empresa o del gobierno, aferrarse a formas rígidas y unidimensionales de empleo y formas de organizar el tiempo y el trabajo ya no es comprensible. Más allá de esa necesidad de responder a las fuerzas irreversibles del cambio, en un entorno de mercados y tecnologías en rápida evolución, cuando se construye de una manera eficaz, la flexibilización del mercado de trabajo es un motor clave de la competitividad”.

Jornada laboral de 4 días: inviable para 3 de cada 4 empresas

Una de las propuestas que ha estado encima de la mesa de debate de los últimos meses en nuestro país en cuanto a flexibilidad se refiere es la concentración de la jornada laboral en 4 días. Aunque son pocas las empresas que en nuestro país ya están apostando por esta distribución de la jornada, es una idea que no ha parado de analizarse desde el lado empresarial, político y social, y con mayor motivo a raíz del estallido de la pandemia.

Según la encuesta sobre Flexibilidad y Competitividad Empresarial, prácticamente 3 de cada 4 empresas consultadas (74%) ve inviable la implantación de la jornada de 4 días en el corto plazo en su compañía. Un 14% piensa que sería posible siempre que el salario fuese proporcional al tiempo trabajado y el restante 12% cree que sí se podría lograr incluso manteniendo el nivel salarial actual.

Las principales razones que estas empresas alegan para no ver viable la implantación de la jornada son de diferente índole. Así, el 52% de ellas dice no tener margen de productividad para amortizar una jornada a la semana, otro 42% asegura no disponer de margen de beneficio para mantener el nivel salarial con menor jornada, otro 38% además no puede cubrir la quinta jornada con otros trabajadores a tiempo parcial, un 22% ve un hándicap adicional el no disponer de procesos automatizados o automatizables para que permitan amortizar esa reducción y, por último, un 7% de las respuestas señalan que la jornada de 4 días no es sostenible por razones de seguridad y salud de las personas trabajadoras.

La flexibilidad interna en la empresa

El 38% de las compañías españolas entiende ya la flexibilidad como parte de su plan estratégico de futuro, aunque hay un 21% de ellas que lo ve solo como una herramienta para gestionar la crisis derivada de la pandemia y la situación de emergencia sanitaria.   

Dentro de las medidas de flexibilidad interna que las empresas tienen a su disposición, los horarios flexibles y el teletrabajo son las mejor valoradas con puntuaciones de 7,9 y 7,3, respectivamente, en una escala del 1 al 10. El uso de permisos y vacaciones se sitúa a continuación con 6,7 puntos y tras ella, las siguientes medidas mejor valoradas son la retribución variable y las jornadas irregulares o bolsas de horas, con 6,6 puntos cada una.

En cambio, los ERTEs -una de las medidas de flexibilidad interna más usadas durante 2020 por las empresas españolas- se califican con una media de 4,6 puntos.