La Unidad de salud mental infanto-juvenil de Cabo Huertas ofrece un programa pionero a niños que han sufrido acoso escolar

By
Updated: abril 10, 2017

La unidad de salud mental infanto-juvenil del centro de salud de Cabo Huertas del Departamento sanitario de Sant Joan d’Alacant, adscrito a la Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública, ha iniciado un programa de terapia psicológica grupal sobre habilidades de afrontamiento en situaciones de acoso escolar, que es pionero en la provincia de Alicante.

Las psicólogas clínicas Cayetana García y Eva Martín son las responsables de este proyecto, que han dirigido a un grupo de diez niños, entre los ocho y los 12 años, con quienes van a realizar entre ocho y diez sesiones. El siguiente grupo ya está organizado y va a estar formado por menores entre los 12 y los 15 años. Ambas profesionales esperan darle una continuidad a esta iniciativa. El programa está dirigido a niños que han vivido experiencias de acoso y también a aquellos que han experimentado un rechazo entre sus compañeros y presentan problemas de integración. “Por ello, es importante distinguir entre otras situaciones que pueden llegar a ser vivencias normales, como que alguien te caiga mal o que te dejen de hablar tus amigos, y el bullying o acoso escolar, que es un maltrato físico y/o psicológico deliberado y continuado que recibe un niño por parte de otro u otros, que se comportan con él cruelmente con el objetivo de someterlo y asustarlo. El acoso escolar implica una repetición continuada de las burlas o las agresiones y la víctima lo experimenta con humillación y vergüenza”, señala Cayetana García. En las etapas de educación Primaria y Secundaria es cuando se desarrolla la identificación con los iguales, por lo que las situaciones de exclusión suelen originar un autoconcepto negativo en los menores. En este sentido, las consecuencias del acoso escolar pueden ser una baja autoestima, actitudes pasivas, el temor a las relaciones interpersonales, el miedo a no ser aceptados, la sumisión en las relaciones o la necesidad de dominar, la pérdida de interés por los estudios e incluso problemas como la ansiedad o la depresión. “Con frecuencia encontramos que en relaciones posteriores son más vulnerables y pueden malinterpretar acercamientos neutros y vivirlos como amenazantes, por lo que en este programa pretendemos hacer intervenciones que les ayuden a hablar de su “herida” emocional y puedan mejorar la competencia social”, señala Eva Martín.

Es importante resaltar que esta terapia está dirigida a un perfil determinado, menores que presentan una repercusión emocional clara, revictimización en otros contextos sociales y un aumento en la vulnerabilidad asociada a otros diagnósticos de salud mental. Estos pacientes son seleccionados siempre bajo criterio clínico, ya que el mero hecho de sufrir un episodio de acoso escolar no necesariamente conlleva la necesidad de intervención clínica especializada. Así, los objetivos son que los niños sean capaces de romper la identificación de sí mismos como víctimas/agresores, la elaboración emocional de la experiencia de humillación, la recuperación de la confianza en los demás y en sí mismos y el aprendizaje y práctica de modelos de relación social eficaces. El enfoque terapéutico está basado en la mentalización y la cognición social. “En el grupo se ha evidenciado la necesidad que tienen los niños de compartir su experiencia emocional y es el reconocimiento grupal, a través de la validación, lo que les ayuda a superar la vergüenza y humillación, propiciando la sensación de pertenencia y reconciliación con el grupo de iguales. Además, mediante un entorno agradable de juego pretendemos que puedan comprender mejor las conductas de los otros, recuperando la confianza en el grupo y manejando mejor sus emociones y sus habilidades sociales”, señalan las autoras del programa.

Ambas especialistas recuerdan que, no obstante, la intervención en los problemas de convivencia escolar, como es por ejemplo el acoso escolar, se realiza en los centros educativos, con programas específicos para la violencia escolar. En estos programas se lleva a cabo la detección del problema de acoso escolar, protegiendo al menor, interviniendo en él y los agresores y facilitando la convivencia social en la escuela.

Intervención grupal con los padres

Conscientes también de la importancia que tiene el afrontamiento por parte de la familia en el abordaje de este problema, Cayetana y Eva dedican la primera sesión de cada grupo a realizar un taller con los padres. En él aclaran sus dudas, les explican los conceptos principales, así como las causas, consecuencias e intervenciones ante un caso de acoso escolar y les ofrecen pautas para ayudar desde el entorno familiar.“Las ideas principales que les hemos transmitido son que validen las emociones de sus hijos, escuchando cómo se sienten sin intentar cambiarlas, dándoles sentido; también, que mantengan una actitud de preocupación controlada, que no retroalimenten su malestar, y que fomenten su autonomía y su propio concepto como supervivientes, evitando la pena y la revictimización. Instándoles a que favorezcan desde casa un modelo de interacción social sano, evitando las relaciones de sumisión y/o dominancia”.